Diálogo en México. Negociando la teoría de la transición


El nuevo proceso de negociaciones entre el gobierno y la oposición venezolana presenta grandes oportunidades, así como también amenazas, tanto para el gobierno como para la oposición.

 

La oposición llega a México su peor momento. Arrinconada por tres flancos, el gobierno, la comunidad internacional y la sociedad civil venezolana, parece haber acusado recibo (¡finalmente!) de los mensajes enviados por sus aliados. La comunidad internacional le ha retirado progresivamente el reconocimiento de "Gobierno interino" a Guaidó, en algunos casos reconociendo al gobierno y la oposición como "partes en conflicto", en otros reconociendo simplemente a Maduro como presidente. Adicionalmente, las recientes declaraciones de Biden sobre Afganistán y su papel en la “doctrina Biden” en la batalla mundial entre el autoritarismo y la democracia (que según otros se trata de la nueva doctrina norteamericana): “El objetivo del despliegue nunca fue construir una nación democrática, sino luchar contra el terrorismo”; “Los soldados americanos no podían ni debían seguir luchando y muriendo en una guerra que los afganos no están dispuestos a librar”.

 

Por su parte, la sociedad civil venezolana demostró que está dispuesta, y que además tiene el poder necesario, para tomar los espacios de lucha abandonados por los partidos políticos, si estos continúan reusándose a buscar alternativas de reinstitucionalización del país (como quedó demostrado durante el proceso de nombramiento de nuevos rectores del CNE) y si no intentan ayudar a solventar la crisis humanitaria del país.

 

Este escenario culmina con el quiebre de la teoría detrás de toda la estrategia opositora, según la cual 1. el deterioro de las condiciones del país debilitaría progresivamente las lealtades dentro del chavismo, apuntalando los conflictos internos hasta producir un quiebre interno que diese paso a una transición hacia la democracia; y 2. el cambio político debe anteceder al cambio social, económico, etc.


Nada de esto sucedió. En algunos sectores el chavismo ha logrado contener la caída (petrolera, económica), y los altísimos costos humanos, sociales y económicos no debilitaron lo suficiente la obstinada voluntad política del chavismo. Irónicamente, lo que si logró la teoría opositora del colapso interno fue profundizar la desafección política de sectores de la sociedad que hasta no hace mucho lo apoyaban y que ahora distribuyen la responsabilidad de la crisis a chavistas y opositores en partes iguales.

 

En este sentido, la oposición llega en muy mala posición a las negociaciones mexicanas, aunque al mismo tiempo un poco más consciente de sus capacidades políticas reales (Colette Capriles “tiene que haber un baño de realidad”), lo que le permitiría manejar expectativas más moderadas y colocar la mirada hacia un horizonte de tiempo más realista (ir al min 40 del video).

 

Por su parte, el chavismo se encuentra en una posición mucho más fuerte, aunque no libre de peligros. Las elecciones de 2018 y 2020 cumplieron sus objetivos: le permitieron mantener el poder, legitimarse mínimamente frente a sus aliados internos e internacionales y adicionalmente dividieron a la oposición.

 

Dentro del país no tienen amenazas, más allá de su propia incapacidad. El colapso de los servicios, la evidente pérdida de control sobre algunas áreas geográficas, ¡incluidas franjas dentro de la ciudad de Caracas! sin embargo, no habiendo quien pueda capitalizarlas no son más que ruidos pasajeros. Hace unos pocos años pensábamos que un estallido social era inminente. Hoy nadie piensa en ello, aún cuando la situación es mucho peor. La verdad es que los cerros bajaron hasta Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina

 

El nuevo ídolo, el chamo de la bicicleta, encarna los nuevos tiempos. El orden social hoy es chavista, y si quieres contribuir con el desarrollo del país tiene que ser dentro de su esquema. Ese es el principal logro del chavismo.

 

Maduro, luego de abandonar el proyecto del Socialismo del Siglo XXI, se siente lo suficientemente seguro como para retomarlo. El Estado Comunal reaparece después de 5 o 6 años desaparecido. Es cierto que el Estado Comunal es también un seguro, pues el chavismo nunca juega en un solo tablero. Juega en 2, 3 e incluso más simultáneamente. Si al final pierde en uno, tiene siempre su carta bajo la manga. Cuando perdió gobernaciones, inventó los protectores; cuando perdió el Parlamento, inventó la Asamblea Nacional Constituyente, y así…

 

El chavismo llega en una mejor posición a las negociaciones. Ya nadie le pide elecciones presidenciales para mañana. Tampoco cree en la amenaza de juicios por violaciones de derechos humanos. ¿Tribunales mundiales sin policías mundiales? Mucho menos cree en invasiones.

 

Su problema principal es que el cerco internacional le impide avanzar más. Las sanciones le pesan. El mercado petrolero internacional parece tener fecha de caducidad. O se logran las condiciones para explotarlo o el petróleo se queda donde está para siempre. El chavismo quiere inversiones extranjeras ya. Por ello puede utilizar sus ventajas “competitivas”, otorgar concesiones a la oposición y a la comunidad internacional, a cambio de desmontar algunas sanciones.

 

En resumen, el gobierno sabe que ya nadie pedirá su cabeza, por lo que, confiado, parece dispuesto a permitir el retorno de algunos espacios democráticos que no pongan en peligro su hegemonía. Tampoco enfundará su espada de Damocles. El Estado Comunal permanecerá omnipresente junto a la bota listos para patear la mesa y los acuerdos. Total, tiene el poder para hacerlo y el precio lo pagaran siempre otros, en especial el pueblo venezolano.


"Memorando de Entendimiento entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la Plataforma Unitaria de Venezuela"

 

El éxito o fracaso de las negociaciones dependerá, así, de las habilidades de negociación de la oposición (y sus aliados internacionales) para alcanzar las mejores concesiones posibles, y luego, de cómo pueda utilizarlas para esbozar sobre ellas una nueva hoja de ruta hacia la democracia. Por ello, lo más importante que veremos en el proceso de negociaciones es la posible emergencia de una nueva “teoría de la transición” opositora.



Imagen:

Título: El sermón y las obras del Anticristo

Autor: Luca Signorelli

Tomado de: https://cdn.elnacional.com/wp-content/uploads/2019/08/antichrist-Signorelli-MARGEN.jpg




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