El don de la posmonición, por Umberto Eco.

El siguiente texto pertenece al libro de Umberto Eco del año 2007, "A paso de cangrejo", publicado por la editorial Debate, el cual recoge una serie de artículos y reflexiones del autor entre el año 2000 y 2006,  ISBN: 9788483069332. Lo reproducimos en extenso porque dicho texto inspiró el título de este blog.

En el breve escrito se combinan algunas de las principales características más provocativas e interesantes del semiólogo: ironía, perspicacia, conocimiento y manejo de la historia, y por supuesto, el buen sentido del humor.

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El don de la posmonición, por Umberto Eco.

"Tanto los defensores de la existencia de fenómenos paranormales como los inveterados escépticos del CICAP que les siguen de cerca para demostrar que estos fenómenos son el resultado de ilusiones diversas se han ocupado siempre de la premonición. Nadie se ha ocupado nunca de la posmonición, que también es un fenómeno extraordinario. Pues bien, yo poseo este don, aunque hasta ahora lo había mantenido celosamente oculto para no exponerme a ironías y burlas, Solo ahora, animado por la revelación del tercer secreto de Fátima, estoy dispuesto a revelar lo que mantenía oculto en lo más profundo del corazón.

A veces me ocurre que, preso de una especie de trance, veo con claridad casi eidética episodios que se desarrollan en una época que no es la mía. Pero no los veo con una oscuridad tal que me obligue a manifestarlos mediante alusiones ambiguas, como hacía Nostradamus, cuyos presuntos vaticinios pueden aplicarse a acontecimientos distintos. No, veo las cosas de una forma tan límpida que no da lugar a equívocos. Veamos algunos ejemplos.

Veo una ciudad grande y floreciente en las costas de Asia Menor, cercada por un gran ejercito guiado por un héroe de larga cabellera rubia y veo un caballo de madera en aquella ciudad, del que salen los enemigos y exterminan a los habitantes de modo que solo huyen dos, uno que irá vagabundeando por los mares y el otro que fundará una nueva ciudad, en las tierras ausonias.

Veo una horda de hombres barbudos con cabelleras untadas de grasa, que invaden la ciudad más poderosa del mundo conocido, y su jefe arroja una espada sobre una balanza gritando “¡Ay de los vencidos!”.

Veo a un genovés con el cabello mas corto que los anteriores que navega con tres carabelas hasta que su gaviero grita “¡Tierra, tierra!”, y llega a un lugar que creía que eran las Indias y que, en cambio, es un nuevo e inexplorado continente.

Veo a un hombre con cabellos no largos que mira la luna con un tubo nunca visto y que declara que la tierra gira alrededor del Sol, sufre un doloroso proceso y sale derrotado murmurando “Y no obstante se mueve”.

Veo a un hombre de cabello corto y un flequillo en la frente, nacido en una pequeña isla, que con sus ejércitos recorre victorioso Europa, desde los Alpes a las pirámides y del Manzanares al Rin, hasta que es derrotado en una llanura de Bélgica y muere abandonado por todos en una isla mas pequeña que aquella en la que había nacido.

Veo a un hombre con cabello mas cortos aún, pero con flequillo y bigote, que desencadena una guerra mundial, comete un horrendo genocidio y se quita la vida en un búnker.

Veo a un hombre completamente calvo que conquista el poder marchando sobre la capital, trilla el grano, besa a los niños y acaba en una plaza con nombre de papagayo.
¿Qué debo pensar de estas visiones? Juro que todas se han cumplido. DE modo que he decidido intentar algunas premoniciones, juego sin duda más arriesgado, pero en el que basta moverse con cautela. Por consiguiente: veo que dentro de un siglo un presidente de Estados Unidos sufrirá un atentado, que se desencadenará un ciclón sobre el Caribe, que caerá un avión de una gran compañía, que un hombre de origen humilde ganará un gran premio en la loto, que un político italiano cambiará de partido, que otro querrá salvar al país del comunismo, que un presentador de televisión preguntará a Samantha de Piacenza cuál era el nombre de pila de Garibaldi (no sé por qué, pero siento que las dos últimas premoniciones están estrechamente vinculadas)".




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