Rebelión en las elecciones Regionales y Municipales 2021


Por: Héctor Briceño

Extracto del artículo publicado en la

Revista Democratización del Instituto Forma, No16.

 

 

Durante las elecciones Regionales y Municipales 2021 los distintos actores políticos pusieron a prueba sus proyectos, tratando de sacar provecho de ellas. El gobierno intentó limpiar su empañada imagen y ganar una mínima legitimidad internacional.

 

Para ello hizo algunas concesiones con el objetivo de demostrar su voluntad de diálogo. Permitió la elección de un CNE más equilibrado. También permitió el retorno de algunos líderes y partidos políticos opositores, así como la participación de tres organizaciones de observación electoral internacional reconocidas e independientes.

 

También relajó ligeramente la presión política en una elección que pensaba tener totalmente controlada. Sin embargo, a través de las pequeñas válvulas de escape abiertas, logró colarse mucho más de lo que tenía previsto y de lo que estaba dispuesto a tolerar, en una clara muestra de agotamiento de sus sistemas de control y movilización, debilitados probablemente por la profunda crisis que atraviesa el país. Los resultados electorales reafirman al gobierno que su poder depende del férreo control ejercido a través de una maquinaria que ha dado las primeras muestras de debilidad y cansancio.

 

Para intentar revertir esta imagen de debilidad, el gobierno utilizó las instituciones del Estado sometidas a su control (tribunales, policías y militares), intimidando a los nuevos alcaldes opositores, confiscando competencias a gobernadores rivales y obligando a repetir las elecciones en el simbólico Estado Barinas.

 

Por su parte, los partidos opositores agrupados en sus distintas alianzas intentaron defender sus espacios políticos en tres tableros simultáneos: frente al chavismo, frente a cada una de las alianzas opositoras alternativas y frente a la abstención. Frente al gobierno los resultados mostraron que la oposición unida suma más que el gobierno, y no sólo en elecciones nacionales (como ya había pasado en varias ocasiones anteriores), sino también en la mayoría de las regiones y de los municipios. Sin embargo, los resultados también registraron el fin del monopolio político electoral opositor de la MUD y la consolidación de nuevas plataformas opositoras, planteando nuevos dilemas organizativos y estratégicos, de cara al proceso de diálogo con el gobierno, así como también de cara a las próximas citas electorales.

 

Si principal debilidad opositora es la división, la votación fuera de las grandes ciudades envió un mensaje claro: en estos circuitos el pragmatismo y la lucha por la democracia convergió con liderazgos locales para imponerse frente al gobierno y la división. ¿Podrá la élite política seguir la ruta trazada por los líderes y electores de estos circuitos?

 

Los partidos opositores también intentaron tímidamente revertir la desesperanza y la desconfianza hacia el voto, un camino en el que convergieron con otros actores. Organizaciones de la sociedad civil, comunidad internacional, medios de comunicación, y muy especialmente, las nuevas autoridades electorales. Al esfuerzo respondieron principal y sorpresivamente los electores provenientes de los pueblos más pequeños y las zonas más rurales, quienes atendieron la convocatoria electoral en tasas mucho más altas que en las ciudades.

 

La comunidad internacional, por su parte, atestiguó las graves violaciones a los más elementales derechos políticos de partidos y candidatos, pero también de los electores. Sin embargo, también fueron testigos de pequeños pasos en la dirección correcta y del importante rol que pueden desempeñar en el proceso de reinstitucionalización del país.

 

Los electores se elevaron por encima de las divisiones y diferencias políticas, apoyando una pluralidad de liderazgos de distinto signo por igual. Distribuyeron premios y castigos a líderes y partidos. Demostraron manejar y dominar información política aún en un proceso electoral sumamente complejo, y más importante aún, demostró una vez más gran madurez a la hora de elegir.

 

Lejos de lo que había sucedido en casi todos los procesos electorales de los últimos 20 años, en las elecciones Regionales y Municipales 2021 no hay ganadores ni perdedores absolutos.

 

Los resultados dejan la puerta abierta, de par en par, a la política. Ese es quizás el mensaje más importante que nos deja la rebelión democrática del 21 de noviembre de 2021: el futuro estará en manos de aquellos liderazgos que puedan tejer la más amplia red de alianzas, basadas en confianza y en la voluntad de cooperación para enfrentar los retos de la reconstrucción democrática.

 


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Imagen: La rebelde.
Autor: Antonio Fillol Granell.
Fecha: Hacia 1914.
Otro: Óleo sobre lienzo, 203 x 305,5 cm
Fuente: Museo Nacional del Prado (link aquí).

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