Orígenes de la democracia en Venezuela

El itinerario del término “Democracia” es increíble.

“Popularizado” hace 2500 años en la antigua Grecia, su origen se encuentra en disputa.

Según Keane (2009, p.xi) los estudios etimológicos ubican las palabras “dāmos” (para referirse a pueblos con control común sobre una misma tierra) y “damokoi” (representante del “dāmos”) en Micenas durante la Edad de Bronce (1500-1200 a. C.). A ella le antecede, por muchos años, una gran cantidad de términos provenientes de los gobiernos asamblearios de algunos pueblos la antigua Mesopotamia (ver Keane, 2009, Cap.2, Occidente visto por oriente).

 

Con independencia de su origen, luego del esplendor griego entre los siglos VI y III a. C. el término cayó en desuso, prácticamente desapareciendo. Cuando apareció nuevamente, durante la larga Edad Media, era utilizada como insulto o como referencia a una forma pervertida de gobierno. 

 

Luego reapareció lentamente en la Edad Moderna, de la mano de los más disímiles y peculiares aliados: el líder indiscutible del terror jacobino durante la Revolución Francesa, Maximilien Robespierre, uno de sus prisioneros, el revolucionario inglés-norteamericano Thomas Paine y el curioso sacerdote obispo de Imola, posterior Papa Pío VI (Dunn; 2005, p. 111-112). Con ellos el término democracia (y especialmente el adjetivo demócrata) retorna, no exento de polémica, al arena política con connotaciones positivas, no sin sufrir importantes transformaciones. Desde entonces, pensadores y políticos durante la Revolución Francesa y la Revolución Norteamericana enriquecieron el debate.

 

Menos mencionados son los debates durante las revoluciones independentistas de América Latina, sin embargo, la aventura revolucionaria de América Latina entre 1810 y 1830 convirtió a la región en el lugar más libre de la tierra, al menos en el papel. Las revoluciones constitucionales fueron asuntos autóctonos, aunque en su faz estaban escritos los rasgos de los Estados Unidos y Europa. Probaron, en el terreno del pensamiento constitucional, que Hispanoamérica era intrínsecamente parte de la zona de influencia del Atlántico, e incluso era su parte más avanzada. Aunque las influía poderosamente esa poesía de borrón y cuenta nueva cantada por la Revolución francesa (una ironía fabulosa, puesto que las primeras perturbaciones se desencadenaron en solidaridad con la monarquía española, en contra del republicanismo francés), las luchas en pos de la independencia constitucional eran moldeadas igualmente por las estrofas que escribió la resistencia estadunidense al Imperio británico” (Keane, 2009, p.387-388). En especial, Colombia y Venezuela fueron pioneros en el debate sobre la democracia en Hispanoamérica.

 

El escrito Reflexiones sobre los obstáculos que se oponen al establecimiento sólido del gobierno democrático en las provincias de Venezuela y medios de removerlo, firmado bajo el seudónimo “Juan Contierra”, publicado en el periódico El Patriota de Venezuela, número 3 del año 1811, es uno de los primeros análisis públicos sobre el sistema democrático al calor de la lucha por la independencia, parte de un supuesto determinante: la democracia como sistema político ideal.

 

Referencias

Dunn, John (2005) Democracy. A History, Atlantic Books.

Keane, John (2009) The life and Death of Democracy, Simon & Schuster.







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