María Corina Machado y el dilema de su sustitución

Por Héctor Briceño


El dilema estratégico de María Corina Machado, luego de su victoria en las primarias opositoras de Octubre 2023, es el siguiente: Dar a conocer públicamente públicamente un mecanismo de sustitución de su candidatura para las presidenciales 2024, en caso de que su injusta e ilegal inhabilitación política se mantenga, debilitaría su propia candidatura, al tiempo que, no anunciar dicho mecanismo de sustitución (o el o la posible sustitut@) debilitaría la competitividad electoral de su sutitut@ en caso de ser necesario.

 

¿Es posible satisfacer ambas demandas estratégicas, o al contrario, solo es posible jerarquizarlas, y por tanto priorizar una ante la otra?

 

El chavismo ha sido un maestro en la construcción de dilemas “insolubles” para la oposición, en los que las decisiones se debaten entre alternativas excluyentes que implican sacrificios inaceptables. Voto o calle. Negociación, colaboración o exilio. Cárcel, conspiración o...*


Esa es, por mucho, la extraordinaria fortaleza del fenómeno político que denominamos Chavismo. Mientras que la gran debilidad opositora, es entramparse en los dilemas propuestos por el chavismo como falsas disyuntivas entre ética y política, mordiendo continua e ingenuamente cada anzuelo chavista envenenado.


Frente a cada dilema la oposición suele dividirse entre partidarios de una u otra opción. En otros casos, la indecisión se impone, dejando al tiempo decidir (no actuar es también una forma de acción) en nombre de un liderazgo temeroso a enfrentar las consecuencias de su propio razonamiento.


En cualquier caso, los dilemas planteados por el chavismo funcionan, obligando a la oposición a enfrentar costos indeseables que permanentemente debilitan la lucha democrática en términos de popularidad, legitimidad o de confianza.

 

Pero ¿es posible levantar dilemas insolubles similares al gobierno similares a los que el chavismo levanta?


Por lo general, no. Siendo ellos los detentores de gran parte de los recursos de poder, suelen ser quienes “ponen la música” a bailar. Eso es precisamente la “Política”: la capacidad de modificar el campo de lucha política, cualquiera este sea, y llevarlo a un campo más favorable para alcanzar sus objetivos.

 

La elección presidencial de 2024 y la elección de de María Corina Machado como candidata de la oposición democrática presenta una oportunidad dorada para presentar un dilema alternativo similar al gobierno, rompiendo simultáneamente su propio dilema insoluble y avanzar así hacia la democracia.

 

María Corina Machado puede nombrar un(a) compañer@ de fórmula: un(a) candidat@ a la vicepresidencia que le acompañe, desde ya y durante toda su (pre)campaña, a donde quiera que vaya, promoviendo la esperanza del cambio político democrático.

 

Con ello Machado rompería el dilema opositor, creando uno similar al gobierno.

 

Evitaría tener que debilitar su posición hablando, adelantadamente, de un acuerdo de sustitución de candidatura, al tiempo que fortalecería su imagen junto a la de un(a) posible futuro sustitut@. Junt@s harían campaña, amplificando su voz, multiplicándose, enviando una señal clara sobre su liderazgo, preparándose para un posible escenario adverso, en caso de concretarse la injusta e ilegal inhabilitación. Caso en el cual la fórmula se invertiría, pasando Maria Corina Machado a la vicepresidencia y el(la) sustitut@ a la cabeza, sin que haya que perder el camino recorrido durante la campaña.

 

No hay que ser ingenuo, es cierto. Esta estrategia también entregaría en bandeja de plata al posible sustitut@, antes incluso de ser nombrad@ como tal; dando más tiempo al gobierno para construirle un expediente para su futura inhabilitación. Por ello la selección del@ cadidat@ a la vicepresidencia debe ser tomada estratégicamente.


Pero incluso, en el peor de los casos, el dilema estaría servido al gobierno, y los costos serían que tendrían que asumir muy elevados (¿cómo podría explicar internacionalmente el Gobierno una nueva lista de inhabilitados políticos, cuando esos mismos países que le solicitan eliminar las inhabilitaciones?). Adicionalmente, la selección acertada de un@ candidat@ crearía un dilema que sólo ha sido creado (recientemente) en Barinas 2021, y que el gobierno no logró resolver.

 

Esto no es una Gobernación, es cierto. Pero ¿podríamos prever una cadena de inhabilitaciones como en Barinas 2021? Entonces, podría nombrase no solo un(a) vicepresidente, sino el consejo de ministr@s en pleno, elevando el costo en pleno al gobierno de las inhabilitaciones, quizás nombrando una seguidilla ascendente de candidatos inaceptables e inhabilitables.


El foco es sin embargo es en resumen, aprovechar la oportunidad que la elección presidencial del 2024 presenta para crear dilemas insolubles al gobierno. O dicho de otro modo, aprovechar la oportunidad dorada para imponer nuestro propio campo de lucha política por la democracia. Eso, es poder.




* Por cierto, los dilemas del chavismo siempre son completados con los sesudos análisis de tontos útiles sobre los supuestos costos y beneficios de una u otra opción, elaborados por expertos políticos de 8 meses y del normativo mundo de las ideas y racionales.




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